Por Mariane Pécora, para la Red de Medios Barriales
Nunca se había demorado en los goces de la memoria. De Martín García se pueden decir muchas cosas adversas: no viene del periodismo ortodoxo, no porta título universitario, no es escritor, es peronista incorregible. Y sin embargo, es también uno de los pocos presidentes de Télam que ha abierto las puertas a tantas y tan diversas expresiones del periodismo. Y ha firmado convenios para impulsar el crecimiento de los medios alternativos comunitarios de todo el país.
En marzo de este año, los medios barriales de la Ciudad -tantas veces ninguneados o considerados una “cuestión menor” desde la óptica del “gran” periodismo-, fueron convocados por Télam, la agencia de noticias más importante del país, para celebrar un convenio de prestación gratuita de los servicios informativos de la agencia.
Martín García, sostiene esta política con el criterio de que es necesario descentralizar el poder de las llamadas corporaciones mediáticas: “si existe un sistema hegemónico puede haber sistemas de comunicación alternativos”, dice y agrega: “la comunicación alternativa la construye la sociedad y los mismos comunicadores sociales. El Estado debe estar muy atento a este fenómeno para apoyarlo, con dinero, con infraestructura, o con equipamiento. Es importante que surjan muchas propuestas en comunicación. Y que esas opciones sean equiparables, en calidad de servicios, a las opciones de las corporaciones. Hay mucho por hacer. Es muy interesante lo que está pasando en la sociedad respecto a la participación en las redes sociales, por dar un ejemplo. Esta revolución digital genera nuevas herramientas y hay que aprovecharlas”.
Viste traje azul y lleva el celular en la mano. Se lo nota inquieto, absolutamente cordial, algo cansado. En seis meses ha logrado que Télam triplique la cantidad de abonados a los servicios informativos, intuimos. Nos encontramos con él en el hall de la presidencia. Saludos atentos. Minutos después, los cuatro que hacemos la entrevista descargamos cámaras, grabadores y libretas y nos acomodamos en su despacho. Amplia, blanca, cercada por un extenso ventanal que muestra el Río de la Plata desde el corazón de San Telmo, así es la oficina de la presidencia de Télam en el octavo piso del edificio de calle Bolívar. Martín García acaba de firmar un convenio con las Madres de Plaza de Mayo y mañana parte hacia Venezuela, donde asistirá a la conformación de la Agencia Latinoamericanas de Noticias (ULAM).
¿Qué sabemos de la historia de García? Viene él mismo de los medios alternativos. En el año 2002 fundó la Agencia Digital de Noticias Nac y Pop, que dio voz a los “malditos” de la prensa argentina. Historiadores, periodistas y escritores que no encontraban un espacio para hacerse escuchar en el circuito de la llamada corporación mediática, obtuvieron un púlpito en Nac y Pop. En pocos años la agencia llegó a tener trescientas mil suscripciones, cifra equiparable a la tirada diaria de Clarín.
La comunicación comunitaria
1º de mayo de 1986. Haedo. Martín García lanza la radio comunitaria FM Haedo, apadrinada entonces por Ricardo Horvath y Mona Moncalvillo. Un año más tarde, desde la Dirección de Comunicación Social de la Provincia de Buenos Aires, impulsa el lanzamiento Canal 4 de la Plata. Esta hazaña le costará el puesto, pero servirá de puntapié para organizar la Asociación de Televisoras Comunitarias (ATECO). En la controvertida década del ’90, promueve el surgimiento de radios comunitarias a lo largo de todo el país desde el Programa Nacional de Democratización de la Cultura.
Para García, los medios barriales integran el universo de la comunicación alternativa, porque son portadores de vínculos sociales y generan de identidad. Nos dice: “El barrio es el lugar de lo real, por donde pasa la vida de la gente. La gente se casa, se muere y se enamora en el barrio. La nación, la provincia o la ciudad, en cambio, son espacios virtuales. Un medio barrial puede ser portavoz de muchos tesoros; pero lo importante es que sirva para que la gente se comunique, mejore su calidad de vida, y pueda disfrutar de todo lo que tiene disponible a la vuelta de la esquina”.
Política, militancia y periodismo
Sencillo, afable y demasiado espontáneo: propenso a convertirse en carne de cañón de la llamada prensa corporativa. A poco de haber asumido la presidencia de Télam, se le atribuyó la expresión polémica: “Un militante es más importante que un periodista”. Martín García, niega haber pronunciado esa frase y asegura que se tergiversaron sus palabras. Escuchamos entonces su versión. A la hora de conjugar militancia y comunicación, Martín García dice que la política es un arte superior que apunta a construir el bien común: “hay gente que actúa de acuerdo a su conciencia, a su formación o a su convicciones, y trata de ennoblecer su vida. Conozco mucha más gente que se ha empobrecido con la política de la que se ha enriquecido: gente que ha arriesgado su vida, gente que ha perdido sus bienes, gente que ha perdido su familia. Todo el mundo tiene esos ejemplos a la vista, pero el ‘meloneo’ de los grandes medios hace que solo se vean los ejemplos negativos. ¡Aunque nadie es tan tonto como para creer todo lo que le dicen!”
Con la misma tónica evalúa la militancia mediática del monopolio y la del oficialismo. “La gente que cree en una cosa la defiende y la argumenta. Sucede con los bloggeros, con las redes sociales… Me parece sano discutir todo. Me parece sano que los medios que defienden los intereses corporativos digan lo que piensan. Y me parece sano que un medio del Estado, también diga lo que piensa. La política y los medios privados se manejan dentro de esa lógica. Por un lado, están los intereses de las corporaciones; y por otro, los intereses del pueblo”.
La distribución de la pauta
La pauta oficial es el dinero que el Estado destina a la publicidad de los actos de gobierno, campañas y promociones. La distribución debiera alcanzar a todos los medios de comunicación del país de manera equitativa, sin ningún grado de privilegio o preferencia. Pero eso no sucede. Para adentrarnos en el tema de la distribución de la pauta en nuestro país, usamos un dato la revista Crisis que indica que entre los años 2003 y el 2010, los medios de comunicación de Brasil que recibieron pauta oficial se incrementaron de 499 a 2733, es decir un 647 %. Martín García, desconoce cómo se compone la distribución de la pauta oficial en la actualidad, pero hace una aproximación: “La pauta del Estado alcanza a 2600 medios. Entre radios y canales de televisión, solamente, hay 12.000 medios en la Argentina. Otro tanto pasa con los gráficos. Esto quiere decir que la pauta ideal todavía está lejos de ser notable. La distribución de la pauta oficial es un proceso donde hay que ir vinculando a la sociedad real con el Estado. Pero también hay que estudiar el circuito que hace la pauta privada. Porque la pauta privada este año va a llegar a 40.000 millones de pesos. El Estado sólo maneja una pauta de menos de mil millones. ¿Por qué las corporaciones no publicitan en una red amplia de medios?”
Según el presidente de Télam, debería estudiarse la distribución de la pauta privada, no solamente la del Estado. Fundamenta este concepto en la necesidad de pautas que tienen los medios pequeños, no estatales y no corporativos en todo el país: “Debería considerarse la posibilidad de que parte de esa pauta privada fuera también hacia ellos”.
La CIA y los medios de prensa latinoamericanos
La teoría conspirativa sobre el rol de los medios de prensa en el contexto latinoamericano fue materia de estudio para Martín García. “Hay una relación entre los medios corporativos y los servicios de inteligencia de las metrópolis para hacer pensar a la gente de determinada manera. Eso lo dice Jauretche, lo dice Scalabrini Ortiz, en bases para la organización nacional, lo dice Perón en Los Vendepatria. Parece una película pero es así. Hay sociedades que viven del saqueo. Y la CIA cumple el rol de hacer las operaciones necesarias para convertir Latinoamérica en una base de saqueo. Uno puede esperar 25 años que abran los archivos para saber cómo mataron a Allende en Chile, o puede inferir de lo que han hecho lo que están por hacer“.
La sociedad del Poder
Raymond Chandler concebía en sus novelas a una sociedad del poder corrupta y criminal. Martín García, interpreta que el poder de las corporaciones mediáticas es tal como la sociedad descripta por el padre de la novela negra, y sostiene que revertir este modelo es el esfuerzo de la democracia. “El desafío está en hacer una sociedad más justa y más igualitaria, donde todos los sectores tengan más posibilidades. Pero también más responsabilidad y se sometan a la ley”. En este sentido, entiende que muchas leyes fueron gestadas para defender los intereses de los poderosos, y para que los pobres o quienes no tienen nada que perder, salvo su hambre y su dignidad, las respeten. “Pero los poderosos nunca piensan en las leyes como algo que tiene que cumplir ellos, sino hacer cumplir, si no les gusta las arreglan o las cambian”.
¿Puede repetirse indefinidamente en la historia el modelo de la sociedad del poder?, preguntamos. Martín García confía en la transformación: “Lo único que permanece igual es el cambio”, dice parafraseando a Heráclito. “Lo bueno es que este cambio pueda ser dirigido por la sociedad hacia algo mejor, que el cambio crezca en la democracia y genere más democracia. Creo que vamos en esa dirección”.