El prestigioso profesor de dramaturgia de la Escuela de Títiriteros del Teatro San Martín lo dio a conocer el 29 de diciembre en una “carta a sus amigos”. Kartum había firmado notas que condenaban los desplazamientos en el equipo del Festival Internacional de Teatro Buenos Aires que dispuso la nueva gestión de Cultura de la Ciudad.
“Otra vez, como en épocas a las que no queremos volver, un grupo de iluminados quiere comenzar de cero sin dar explicaciones a nadie. Lo que aquí consterna no es el recambio, sino la ausencia de traspaso, el gesto aniquilador por el que se hace desaparecer de un plumazo aquello que costó años construir y no era propiedad de pocos, sino de la comunidad en su conjunto”, escribieron los firmantes de una carta abierta que Mauricio Kartum también firmó. Ahora dio cuenta de su propio despido en un mail a sus “ex alumnos, compañeros profes y amigos del ambiente titiril” .
“Después de quince años de gozoso trabajo —dice Kartum— he sido despedido del Taller Escuela de Titiriteros del TGSM. Fue de sorpresa y por la espalda porque no hubo ningún conflicto —al menos manifiesto— que lo hubiera hecho suponer”.
“Uno notaba que lo miraban —dice en su misiva Mauricio Kartum— desde hace tiempo con ojos cruzados, pero pensaba que no les daría la cara (con la cara de los funcionarios en este país siempre te quedás corto). Con el soso eufemismo de un ‘nuevo plan de estudios más técnico’ y de necesitar mi horario para el ‘agregado de horas de práctica’ me han dado groseramente el toque con un vulgar email. Sonaba todo tan disparatado que apelé, explique la importancia de esta cátedra en la escuela, su reconocimiento internacional, di ejemplos como si hicieran falta. Pero no me dieron ni bola, claro. No dramatizaré sobre el hecho porque no hay aquí en juego al fin y al cabo valores tan solemnes (el hecho de que yo me llame Mauricio no significa que el quía haya decidido aniquilar del ámbito público a todos sus opositores homónimos)”.
La extensa “carta personal enviada a amigos del medio” no tiene “voluntad alguna de solicitar adhesión, buscar reacciones, ni solicitar publicación, cadenas ni reenvíos (Dios me libre y guarde.)” finaliza Kartum, quien “no espera siquiera respuesta (porque no hay pregunta)”.