CRISIS HABITACIONAL
Por Alberto Morlachetti (APE)
La toma y el “saqueo” del complejo de viviendas en el Bajo Flores trajo el 4 de julio algunos datos que “apartan el amor con la derecha”. En los últimos cinco años se han generado 24 nuevos asentamientos de emergencia en la Capital Federal, así lo indica la Defensoría de la Ciudad de Buenos Aires. El problema habitacional se multiplica día tras día. En la ciudad viven —además— entre 170.000 y 200.000 personas en casas tomadas, según datos de la Comisión de Vivienda de la Legislatura porteña.
A pesar de la pobreza y la indigencia en barrios y villas de emergencia: Lugano (Villa 20 y Villa 15 “Ciudad Oculta”), Soldati (Villa 3), Barracas (21—24), Bajo Flores (1—11—14), Retiro (Villa 31), La Boca, Mataderos —por nombrar algunos lugares— la Ministro de Acción Social y Derechos Humanos del gobierno porteño, Gabriela Cerruti manifestó por televisión (TN) que “ya no hay hambre en la Ciudad de Buenos Aires y no hay gente que no tenga para comer”. Entonces el reclamo de las personas se traslada a “la vivienda”. Piadosa didáctica que sale con su imagen a robar miradas.
Estas noticias serán enterradas y el tiempo las habrá fermentado. Despertarán las raíces, estallarán las gemas y sobre la grama —que es nuestra memoria— cada uno podrá cultivar los sueños más secretos.
El viento seguirá trayendo los sonidos de los profetas de los potreros donde la pedagogía es una pelota de trapo suspendida en el aire, junto al canto furioso de los pájaros que se aman en los edificios cuadrados de la ciudad, entre el cinismo de los gobernantes y el racionalismo de los mercados, dos fuentes inagotables de miseria .