Prensa Comedor Los Pibes
Este encuentro contó con la presencia del Jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, el ex Premier español, José María Aznar, el ex Presidente boliviano, Jorge “Tuto” Quiroga, el hijo del escritor peruano, Álvaro Mario Vargas Llosa y el empresario y candidato a la presidencia de Chile, Sebastián Piñera. Además del mencionado Macri, el gorilaje argentino estuvo representado, entre otros ejemplares, por Francisco de Narváez, Patricia Bullrich y, el decano de todos ellos, Mariano Grondona.
La jornada, que empezó el martes 15 y terminó el jueves 17, fue organizada por la Fundación Libertad, corporación empresarial argentina de fuerte inserción en el espectro de la derecha política a partir de 1988.
Es significativo el hecho de que mientras el Congreso Nacional debatía y daba media sanción al proyecto de ley de servicios audiovisuales, el partido de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires utilice el Parlamento local como escenario para mostrar y demostrar de qué lado están sus intereses y dentro de qué corriente ideológica se alinea.
Ante el armado político que busca contrarrestar el avance de los movimientos populares latinoamericanos y definir una estrategia restauradora del orden neoliberal, salimos a la calle para dejar en claro que no estamos dispuestos a ser espectadores del intento de ofensiva que articulan estos exponentes del interés concentrado de los sectores beneficiados por la injusticia.
En la Ciudad en la que vivimos, donde todos los días tenemos que enfrentar el retroceso de las políticas públicas, los desalojos, la represión y el desprecio por el pueblo que embandera Mauricio Macri, fuimos junto a otras organizaciones populares a mostrar nuestro rechazo a la marginación que promueven las políticas que ellos encarnan y a la presencia de todos estos personajes en la Legislatura porteña.
La derecha reunida en Buenos Aires es la expresión de la ruina a la que fue sometido nuestro continente durante la década infame de los ’90.
Hoy, cuando los Pueblos vamos recuperando en nuestras manos nuestro propio destino y cuando elegimos gobernantes que se nos parecen, alzamos también nuestras voces para decirles a los fascistas: “al pasado no regresaremos jamás”.