(Agencia Télam —12/02/2016) Un periodista de Télam y comunicador mapuche fue objeto esta semana de las “nuevas directivas” recibidas por la Policía Metropolitana al ser requerida su identificación para “averiguación de antecedentes” en una estación de subte de la ciudad de Buenos Aires mientras se dirigía a su trabajo.
Carlos Catrileo, quien es redactor de la sección Sociedad de la Agencia Télam e integrante de la Coordinadora de Comunicación Audiovisual Indígena de Argentina (CCAIA), se encontraba este miércoles al mediodía esperando el subte en la estación Carlos Gardel de la línea B cuando un efectivo de la Policía Metropolitana se acercó para pedirle identificación.
“Le dí mi DNI y comenzó a preguntarme: ¿de dónde venís? De una pensión de acá a la vuelta, respondí. ¿A qué te dedicas?. Soy comunicador mapuche y trabajo en la agencia de noticias Télam, y ahora voy a trabajar, le respondí”, relató Catrileo.
Cuando el policía se acercó, Catrileo estaba sentado leyendo, y ante la incomodidad por lo que sucedía intentó pararse pero el efectivo le ordenó que se quedara sentado.
“No le hice caso, me paré y le pedí que me explicará a qué se debía que me pida identificación. No tengo que darte ninguna explicación, respondió. Disculpá, pero desde el momento en que me tratás de esa manera necesito que me expliques por qué, porque veo que pasa un montón de gente por acá y da la casualidad que sólo a mí me estás pidiendo identificación”, le respondió el periodista.
El policía aseguró estar “cumpliendo con su trabajo” y sostuvo que “averiguar los antecedentes de los ciudadanos” estaba “dentro de sus atribuciones”; cuando Catrileo le preguntó desde cuándo tenían esas atribuciones, el efectivo respondió: “desde que tenemos nuevas directivas”.
Luego el efectivo llamó por teléfono para pedir los antecedentes de Catrileo, grabar con el celular “para registrar la situación”.
Las nuevas directivas a las que se refirió el efectivo se relacionan con un fallo del Tribunal Superior de Justicia (Tsjcba) porteño emitido en enero pasado que habilita a la policía a pedir DNI en la vía pública, como una “facultad implícita para prevenir delitos”, dijo a Télam Luis Duacastella, defensor adjunto en lo Penal, Contravencional y de Faltas del Ministerio Público de la Defensa (MPD).
Esta facultad policial había sido limitada por un fallo de la Comisión Interamericana de derechos Humanos (CIDH) por el Caso Bulacio, quien en 1991 murió en un un hospital porteño debido a los golpes que recibió mientras estuvo en una comisaría de la Policía Federal adonde fue llevado, por “averiguación de antecedentes”, desde el Estadio Obras, cuando iba a ver un recital de Los Redonditos de Ricota.
Por otra parte, la ley 23.950, que reformó la Ley orgánica de la Policía Federal, “le permite a la policía detener para averiguación de identidad mientras exista sospecha y la persona no logre acreditar fehacientemente su identidad”, según explicó Paula Litvachky, directora del área Justicia y Seguridad del Centro de Estudios Legales Sociales (CELS), en diálogo con Télam.
Catrileo estaba sentado estudiando, y no sólo presentó el DNI, además mostró una tarjeta de presentación de su trabajo, la agencia Télam.
Esta facultad policial “afecta el derecho constitucional de libertad de circular en espacios públicos y convalida una práctica de violencia institucional, porque se trata de agentes del Estado. Es grave porque no son casos aislados sino un práctica institucional”, sostuvo Duacastella.
El Ministerio Público de la Defensa porteño, junto con el CELS y la Asociación por los Derechos Civiles (ADC), apelará el fallo de Tsjcb el próximo martes ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación, informó el defensor.
Por otra parte, el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (Inadi) expresó su “preocupación” ante la situación que atravesó el periodista, y destacó la importancia de realizar una “denuncia formal” ante ese organismo cuando ocurren estos episodios.
El relato de Carlos Catrileo, junto con el video, fue publicado en Facebook y esta tarde ya había sido compartido más de 4.100 veces y tenía más de 106.000 reproducciones.