“Un preocupante y extendido estado de incumplimiento de las normas sigue siendo comprobable al tomar conocimiento de criticables e inexcusables violaciones de la ley que hasta llegan a encontrar justificativos en los estrados judiciales. Es el caso de la reciente absolución de diez delegados de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) acusados de haber cortado parcialmente la avenida General Paz en cinco oportunidades, durante 2007” (Editorial II, “Piedra libre para ocupar la calle” diario La Nación, 06/11/08).
Los ruralistas mantuvieron de rehenes a toda la población, provocaron desabastecimiento en Buenos Aires y otras grandes ciudades e impulsaron el rebrote inflacionario. Para el matutino de los Mitre el corte de rutas por casi cuatro meses no violó norma alguna: se trataba del “reclamo del campo”.
En cambio, se ve que para La Nación, es distinto el caso de los gremialistas de ciudad. “Los gremialistas –señala la nota editorial más adelante– habían alegado que estaban en conflicto (reclaman mejoras salariales) y que esa demanda era legítima, razón por la cual invadieron la vía pública con la intención de realizar una asamblea. Cabe consignar también que, una vez absueltos, esos mismos delegados, a la salida del tribunal, decidieron festejar y volvieron a cortar la calle por 20 minutos”.
Ayer miércoles 5 de noviembre los manifestantes que se oponen a la estatización de las AFJP cortaron totalmente la intersección de las avenidas Callao y Rivadavia. Un contumaz piquetero rural devenido piquetero urbano estaba entre ellos: el “ruralista” De Angelis. Ni La Nación, como tampoco ningún otro medio de derechas, se escandalizó por el caos vehicular, su frase favorita para estigmatizar el reclamo de los pobres, los gremialistas, los defensores de los derechos humanos, los enemigos de Bush o los amigos de Evo Morales o Hugo Chávez, cuando éstos cortan calles.