Se triplicó la demanda de comida en los barrios

La emergencia alimentaria desatada por la crisis económica se profundizó desde marzo en el marco de la pandemia y cada vez se observan filas más largas para retirar viandas en diferentes comedores sociales de la zona metropolitana y del Gran Buenos Aires.

En un comedor ubicado en Pedro Echagüe al 1200 del barrio porteño de Constitución, que pertenece a la CTEP, pasaron de entregar 1.200 a 5.500 porciones diarias, por ejemplo. Datos como este fueron corroborados a principios de mes por el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, quien advirtió que en las primeras semanas del aislamiento obligatorio por el virus la demanda de comida creció de 8 a 11 millones de personas.

Estos son los efectos negativos del Coronavirus que «liquidó» a los sectores más humildes que viven al día, que se ganan el sustento a través de changas o trabajos informales, lo que hace suponer que en éste tiempo la pobreza puede haber crecido de forma significativa y se recrudecerá aún más con la extensión del aislamiento. Según el mismo Juan Grabois consideró que «hoy puede estar en un 45 o 50%» y que se acrecentará.

El gobernador de la provincia, Axel Kicillof, territorio donde se concentra el mayor porcentaje de pobreza del país, reconoció que con la extensión de la cuarentena “se multiplican las necesidades”, motivo por el cual comenzó una apertura «administrada» en algunos sectores y distritos, pero los controles son aún mayores, sobre todo en la zona de mayor vulnerabilidad, debido a que el “contagio en barrios tan populosos” es lo que más se teme en el sistema sanitario.

Distintos sindicatos también realizan la tarea de reparto de alimentos en distintos barrios y entre sus afiliados. Es el caso de Camioneros, también de la CTA Autónoma,  de la Corriente Federal de la misma CGT, quienes encuentran en la ayuda social una de las nuevas demandas de estos tiempos de crisis.

El tren solidario es un claro ejemplo del trabajo organizado por la Juventud de la Unión Ferroviaria, gremio que encabeza Sergio Sasia a nivel nacional, la Juventud Sindical Peronista de la CGT, conducida por Sebastián Maturano, la UNAJE (jóvenes empresarios ) y la Usina Sindical, con la colaboración la empresa Trenes Argentinos.

Tren, que, si bien hace años que realiza ésta misión, la ha reforzado, y semanas atrás envió un enorme cargamento a Santiago del Estero con toneladas de donaciones de alimentos no perecederos, ropa para niños, útiles escolares y calzado para dar una mano en medio de tantas necesidades.

Damián Comas, Secretario General de la seccional regional de Camioneros de la Costa, qseñaló que “el sindicato va a tratar de ayudar en un trabajo conjunto con la Municipalidad, para llegar a las familias que realmente lo necesitan y que la están pasando mal”.

Sirve también de ejemplo el refuerzo a la entrega de comida en las escuelas. Los colegios siguen abiertos para que los padres y madres puedan retirar las viandas. Directivos y administrativos concurren cada día para supervisar el mantenimiento de las cocinas y muchos vecinos se acercan con su bolsa para retirar para sustento de toda la familia.

También el Gobierno nacional llega a todo el territorio con alimentos, pero el «retraso de algunos días» debido a la denuncia por “sobreprecios” que hubo en las compras del Ministerio de Desarrollo Social complicó también las cosas.

Cáritas por ejemplo, recibió para distribuir cajas de 16 kilogramos cada una con alimentos secos, latas y productos de limpieza, lo que reforzó los cupos, que por ahora de todos modos, son insuficientes.

En ese sentido y conscientes de esas carencias, el Estado reforzó la Asignación Universal por Hijo, el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), los bonos extraordinarios y otro tipo de asistencias que tienden a compensar las pérdidas pero que al momento demandan la asistencia y multiplicación de comedores barriales, asistencias parroquiales y vecinales que atienden la urgencia alimentaria.

Fuente: resumenlatinoamericano.org

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