En nuestra nota del 22 de junio de 2005 titulada “Las Comunas nacen débiles y con algunos defectos congénitos”advertíamos:
“Como quiera que sea, vale la pena señalar que los límites históricos de los barrios no tienen correlato catastral, jurídico ni administrativo. Ninguna de las propuestas contempla otras divisiones que hoy sí tienen efecto, tales como distritos escolares, comisarías, distritos electorales, etc, Su homogeneización dentro de los límites que finalmente se fijen será un trabajo pendiente para las futuras comunas, con todas las dificultades que suponen la intervención de distintas jurisdicciones (para citar un ejemplo, el federal en el caso de la policía y los distritos electorales).”
En la sesión de ayer de la Legislatura porteña se subsanó una de las imprevisiones de los legisladores: la correspondiente a los distritos electorales. La advertencia formal había llegado de la jueza electoral Servini de Cubría, quien no podía hacer coincidir los límites de los distritos electorales de jurisdicción federal con el mapa de las Comunas.
A un diseño que nació con serios defectos congénitos se le tuvo que hacer ahora la primera intervención quirúrgica. De todos modos hay que decir que ningún arreglo podrá subsanar el error mayúsuculo de los legisladores de haber acordado una división geográfica tomando como criterio rector la cantidad de habitantes. De esa manera se agruparon lugares tan distantes como La Boca y Nueva Pompeya, para satisfacer el límite de aproximadamente 200 mil residentes en cada una de las nuevas jurisdicciones comunales.
Muchas de las interesantes ideas que fueron apareciendo en las reuniones públicas que mantuvo el entonces legislador Roy Cortinas -como Presidente de la Comisión legislativa de Descentralización- con la gente en todos los barrios de la Ciudad se echaron por la borda. Vínculos socio-culturales comunes, extensión geográfica homogénea, etc. fueron dejados de lado para privilegiar un criterio poblacional. Así la comuna 8 (Villa Lugano, Villa riachuelo, villa Soldatti) es tres veces más extensa que la Comuna 2 (Recoleta). Si a eso se agrega otro dato: el nivel socio-económico de una y otra comuna, se llega a la desalentadora conclusión de que la Comuna 8 con un ingreso per cápita de sus habitantes varias veces menor que el de Recoleta tiene que atender una infrestructura del espacio público tres veces mayor. Esto sin tomar en cuenta el déficit histórico en materia de equipamiento público que ha hecho prosperar a un Norte rico en desmedro de un Sur paupérrimo. La Comuna 2 es a la 8 en el plano local lo que Suecia a Bolivia en el internacional.
En nuestro artículo citado concluíamos con estas reflexiones:
Las comunas verán la luz dentro de pocos meses o en un par de años, pero en cualquier caso nacerán débiles y con algunos defectos congénitos. La debilidad podrán ir superándola a medida que pase el tiempo y se fortifiquen con la experiencia. Los defectos congénitos son otra cosa, a veces irremediables, otras no, pero en este caso requerirán nuevas intervenciones drásticas más adelante. Por ahora el nuevo modelo de división política de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires no se parece en nada a la división en municipios de las provincias, muy pocos de los cuales superan en habitantes a cualesquiera de las futuras comunas. Debería, no obstante, ser pensado como un comienzo hacia un objetivo mayor: una Ciudad Autónoma que sea el resultado de una Federación de las Comunas Autónomas que la componen.
Los legisladores procedieron ayer a una recomposición necesaria para avanzar sobre el calendario electoral de las comunas. Ello permitirá resolver la cuestión pendiente de la ley que regirá la elección de autoridades comunales. En ese aspecto es de esperar la nueva ley haga lugar a agrupaciones, ONGs, asociaciones civiles, etc. con arraigo en las respectivas zonas y con un calendario independiente de las contiendas electorales mayores, que sólo beneficiarían a los partidos políticos establecidos e impedirían el florecimientom de nuevas opciones comunales.