Mariano Narodowski se vio forzado a renunciar, sin poder explicar en sede judicial su rol en el escándalo de las escuchas ilegales. El ex ministro de Educación ni siquiera supo decir para hacer qué estaba empleado en su Ministerio el espía Ciro James, con un sueldo de seis mil pesos mensuales, realizando tareas de las que no ha quedado constancia alguna. Macri puso en el cargo a un intelectual PRO-cesista.
El Jefe de Gobierno le tomó juramento a Abel Posse a pesar de la cerrada repulsa de todo el arco opositor en su conjunto, los gremios docentes, intelectuales, artistas y organismos de derechos humanos. Las ideas de Abel Posse eran conocidas, pero causaron estupor al aparecer condensadas de una forma tan brutal y descarnada en la carta que le publica La Nación el 10 de diciembre, antes de asumir. “En ella, Posse, colaborador habitual de LA NACION, fija su posición sobre temas de seguridad y de uso del espacio público”, (?) prologa el editor del periódico.
Estas son algunas de esas “reflexiones”:
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Los Kirchner hurtaron el tema, desde Cromagnon en adelante. Se deslizaron con indiferencia y prohijaron el vandalismo piquetero, el desborde lumpen, la indisciplina juvenil.
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Entró, se filtró, o lograron infectar con un virus ideológico la garantía elemental de seguridad. Impusieron la visión trotskoleninista de demoler las instituciones militares y la policía …
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… los guerrilleros que rodean a los K aunque ya estaban generosamente indemnizados por sus derrotas de los 70 lograron afirmar la tarea de demoler a las Fuerzas Armadas, lograr que los policías se sientan más amenazados e inhibidos en la tarea represiva.
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Algunos miembros de la Corte deben creer que [los menores que delinquen] son niños equivocados y con animus iocandi. El Poder Judicial parece refugiado y silencioso…
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Es curioso que, en la desnaturalización idiomática que viven los argentinos, los mismos dirigentes de la oposición hablen a media lengua y se fuguen hacia la prevención educativa, la recuperación del joven delincuente y la inclusión social. Son escamoteadores del tema, que se refugian en la indispensable acción recuperatoria, rehuyendo la batalla central.
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¿Qué cantidad de poder tendrá que tener el futuro gobierno democrático después de la demolición institucional de los K y la anarquización, desjerarquización e indisciplina que van de la misma familia al colegio, a la universidad, y que cubre tantos aspectos de la vida comunitaria?
Así las cosas, nadie se atreve a augurarle a lo sumo más que unas pocas semanas en el cargo al paleontosaurio, a favor del receso estival. No importa que haya padecido los rigores de la dictadura: según el mismo Posse lo explica, estuvo siete meses anclado en Venecia, hasta que Videla lo confirmó en su cargo en el consulado argentino, tras el golpe de 1976. ¡Ay, qué vengativos los troskoleninistas, socialguevaristas, garantistas y sus compañeros de ruta!
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Criminalidad y Cobardía (La Nación 10 dic. 09) |